AP.- Natalia Guzmán entró
vacilante a la morgue en busca de su único hijo. Luego de revisar
más de 10 cadáveres que yacían en
unidades de refrigeración, finalmente encontró a Jaime, de 17 años de edad.
Abrazó a sus familiares afuera del edificio temblando y llorando, y dijo
que el cuerpo de su hijo estaba lleno de balas. Guzmán culpó
por la muerte del menor a una banda de traficantes de
drogas de su barrio y se quejó de que la policía hubiera podido evitar la
tragedia si patrullara más el barrio.
La creciente ola de crímenes violentos en la que se ha sumergido
Venezuela es ahora el tema principal en la campaña presidencial, en la que el
candidato de la oposición Henrique Capriles culpa al gobierno de Hugo Chávez
por no haber podido contener el derramamiento de sangre. Pero Guzmán y muchos
otros venezolanos al parecer han perdido fe en la capacidad de cualquier
gobierno, como de la policía, de solucionar el problema, sin importar quién
gane las elecciones de octubre.
“La delincuencia está fuera de control y no creo que
ningún político, ni Chávez ni Capriles, vaya a cambiar eso”, dijo
Guzmán en voz baja que se quebraba en llanto por momentos.
Según el gobierno, más de
14.000 personas fueron asesinadas en Venezuela el año pasado. La tasa de
asesinatos del país es así de 50 por cada 100.000 habitantes, lo que lo
convierte en uno de los más violentos de América Latina y el mundo. La tasa de
asesinatos se ha más que duplicado desde 1998, cuando Chávez llegó al poder.
En mítines de campaña,
Capriles ha prometido solucionar lo que él llama uno de los mayores fracasos de
Chávez y ha declarado que deberán escoger
entre la vida y la muerte.
Chávez prohibió la venta de armas en respuesta, incrementó la fuerza de
una nueva policía nacional y lanzó un plan anticrimen con la intensificación de
políticas y otros programas en áreas de alto índice de criminalidad.
Aún no se sabe cómo afectará
la elección este tira y afloja político respecto al crimen. Sin embargo, los
opositores de Chávez están machacando sobre el tema, convencidos de que podrán
influir a algunos electores.
El director de la campaña de
Capriles, Leopoldo López, dijo al presentar el plan anticrimen de la oposición
“Seguridad para todos”, que casi 14 años después de que Chávez fuera elegido
por primera ocasión, las promesas del presidente no bastan y llegan tarde. “Jamás
ha priorizado el tema de la seguridad, sino
hasta ahora, cuando pretende utilizarlo como bandera política”, dijo López.
Según los expertos, el
crimen violento se ha incrementado en el país debido al fácil y barato acceso a
armas de fuego, una cultura de violencia entre los jóvenes en los barrios
pobres y una severa escasez de personal policíaco y en la fiscalía.
Fermín Mármol García,
criminólogo, dijo que el problema fundamental
de Venezuela es que las instituciones de las que depende la prevención
y supresión del crimen no han sido fortalecidas en más de una década.
En sondeos, los venezolanos
consistentemente marcan la tasa de crímenes violentos como su prioridad. Pero
muchos tienden a atribuir el problema a viejos asuntos institucionales como la
percepción de que las fuerzas policíacas son incapaces y corruptas, en lugar de
culpar a los políticos.
“Para Capriles, entonces, el
reto es colocar el tema en la palestra, relacionarlo directamente con Chávez,
haciendo ver que él es responsable y generar
la esperanza de que sí es posible resolver el problema”, dijo Luis Vicente León, un
analista político en Caracas también dedicado a realizar sondeos de opinión.
Agregó que Capriles, que está abajo en las encuestas, no ha sido capaz todavía
de ganar tracción con este tema.
Guzmán no ha optado por
ninguno de los candidatos presidenciales y hasta el momento, el mensaje
anticrimen de Capriles no ha hecho eco en ella.
La motocicleta de su hijo
fue robada, dijo Guzmán, cuando lo mataron después de una fiesta callejera y
ella sospecha que los hombres que lo mataron son los mismos que aterrorizan el
barrio donde vive.
“La policía casi nunca está ahí cuando
hay un problema”
Ellos siempre llegan unas
horas después y nunca capturan a nadie”, dijo Guzmán. “Son los malandros, no la
policía, los que tienen el control en los barrios”.
Según las autoridades la
mayoría de los asesinatos en el país involucran a jóvenes, frecuentemente de
barrios pobres que pelean por territorio, por el control de la venta de drogas
o por simple rivalidad. El crimen también ha crecido a lugares que alguna vez
fueron seguros, como cines, centros comerciales y estacionamientos donde hay
guardas de seguridad.
Las víctimas en tiroteos
suelen ser enviadas al Hospital Pérez de León, cerca de Petare, el barrio pobre
más grande en Venezuela, donde fue muerto a balazos el hijo de Guzmán. En el
hospital,los empleados de limpieza suelen trapear la sangre de las
losas blancas del suelo mientras los médicos luchan por salvar
vidas. Los amigos de las víctimas y familiares ansiosos esperan afuera de la
sala de emergencias.
Los secuestros para pedir
rescate se han incrementado rápidamente en la década pasada, de los 52 denunciados
a la policía en 1998, cuando Chávez asumió el poder, a 618 en 2009. Los
expertos en seguridad dicen que el número real es mucho mayor ya que muchos
casos no son denunciados a las autoridades.
Recientemente fueron
secuestrados diplomáticos de Costa Rica, México y Chile, y todos fueron
liberados luego de terribles experiencias que duraron de dos horas a más de un
día.
Entre la clase media y alta,
cada vez más venezolanos intentan proveer su propia seguridad al alistarse en
clases de defensa personal, mediante la contratación de guardaespaldas o usando
vehículos blindados.
Venezolanos intentan proveer
su propia seguridad al alistarse en clases de defensa personal
“Los negocios se han multiplicado”, dijo
Ernesto Carrera, director de la Escuela de Protección Personal, que ofrece
cursos intensivos de defensa personal. Agregó que su clientela se ha
incrementado un 80% en el pasado lustro.
José Berrios, un hombre de
negocios de 34 años, decidió inscribirse luego de sobrevivir a un robo a mano
armada y ahora pasa tres noches a la semana en la escuela aprendiendo
técnicas de defensa personal y
en sesiones de entrenamiento que involucran el lanzamiento de pelotas para
ejercicios, barras o levantando pesas.
En una sesión de
entrenamiento, un instructor demostró cómo evitar que alguien robe un auto
usando artes marciales para desarmar al atacante.
Capriles ha intentado
capitalizar las preocupaciones de los venezolanos al acusar a Chávez de ignorar
el asunto durante la mayor parte de su mandato. Ha prometido utilizar un método
diferente y hacer de la lucha contra el crimen su prioridad, esbozando un plan
que incluye poner más agentes en las calles, incrementar los salarios de la
policía y desarrollar más programas artísticos y deportivos en los barrios
pobres.
Chávez
respondió con el lanzamiento
de su más reciente programa de
lucha contra el crimen la semana pasada, conocido como la “La gran misión a toda
vida Venezuela”, el cual incluye asignar más dinero para
extender los programas de entrenamiento de la policía, iniciar programas
comunitarios para jóvenes con problemas, incrementar la incipiente fuerza de la
policía nacional y enfocar recursos policiales en zonas de alta criminalidad.
El ministro de Justicia Tareck El Aissami dijo que
el país ahora
cuenta con unos 92.000 oficiales de la policía en fuerzas locales, estatales y nacionales, pero
reconoció que necesitaría unos 20.000 policías más para alcanzar los estándares
de las Naciones Unidas. Según El Aissami, el septiembre se unirían unos 9.500
nuevos reclutas a la Policía Nacional Bolivariana luego de completar su
instrucción.El Aissami dijo que el reto
de combatir la violencia va más allá de contratar más policías y construir más
prisiones. Parte del programa gubernamental, dijo, se enfoca en darle
alternativas a los jóvenes en los barrios pobres, mediante el deporte y
programas comunitarios, para que ya no vean en el arma y la motocicleta un
símbolo de estatus.
“(El crimen) es el principal
problema, es el más grave problema, es el de mayor preocupación y es el de
mayor atención del gobierno”, dijo la semana pasada El Aissami a reporteros. “Si
algo ocupa la agenda del gobierno nacional hoy día, estos últimos años, es la
seguridad pública”.
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