Las calles de Caraballeda es una sucesión interminable de huecos, zanjas y grietas. Las aguas negras y servidas rebozan los sistemas de saneamiento y en época de lluvia la situación se hace insufrible.
Caraballeda llegó a ser un centro turístico de gran calidad en Venezuela y, gracias a la negligencia del gobierno, ahora tenemos los hoteles Sheraton y Melia, situados en la zona, como monumentos a la desidia, lo que ha impedido que se reactiven centenares de empleos directos y otra gran cantidad de indirectos, así como áreas de esparcimiento que hoy los vecinos no tienen, agregó Olivares.
La indolencia gubernamental tiene sometida a Caraballeda, como a todo el resto del Estado, a una situación de abandono propia de quienes no le tienen afecto a la ciudad porque no son oriundos de Vargas.
En cada sector de Vargas vamos a reactivar sus potencialidades con el fin de crear espacios amigables, que potencialicen el empleo, que les permitan a los ciudadanos y ciudadanas vivir mejor. En Caraballeda, así como en todas las parroquias, trabajaremos de mano con las comunidades con el fin de recuperar todo el esplendor que tienen y con planes especiales incorporaremos a sus residentes a programas de recuperación de espacios que contribuyan a una mejor calidad de vida.
Esas calles de Caraballeda, así como las del resto del Estado, serán reparadas con trabajos de calidad, no paños calientes que a los pocos meses están hasta peor que cuando la intervinieron. Tendremos una brigada especial en contacto permanente con las comunidades y vecinos, para bachear rápidamente los huecos que comiencen a abrirse. Trabajaremos coordinadamente con la Alcaldía de Vargas, cuyo titular será el dirigente guaireño José Barreto y tendremos el apoyo total de Pablo Pérez, quien es un hombre que cree fielmente en el proceso de descentralización y apoyará decididamente estos programas que mejoraran la calidad de vida de la gente, apuntó Olivares.
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