Analistas atribuyen violencia del oficialismo a la posibilidad de derrota que percibe en las presidenciales. El gobierno profundiza la confrontación con la unidad para inmovilizar a los electores que favorecen la candidatura de su adversario
Diario La Verdad.- Tardaron pero les llegó el día. Los revolucionarios en la recta final de la campaña presidencial aceptaron que no son invencibles. Los ataques físicos y verbales a la oposición comprueban que están enterados de que Hugo Chávez, presidente de la República, tiene en riesgo su reelección.
Ese es el análisis de Natalia Sánchez, socióloga. La violencia en la etapa de remate de la competencia por Miraflores se debe a que “el chavismo hizo consciente su realidad electoral de que puede perder el poder cuando resta poco tiempo para que llegue el 7 de octubre. Están en apuros a última hora porque siempre se plantearon como los poderosos”.
Sabotear concentraciones de simpatizantes de Henrique Capriles Radonski, abanderado de la unidad, desplegar grupos armados para intimidar o vincular al candidato con actos corrupción es una “maniobra del gobierno para generar caos, desprestigio o confusión entre los electores”.
El esfuerzo no ofrecerá resultados positivos. “Es inútil jugar a la inhibición cuando todo el mundo sacó sus números y sabe cuál es la tendencia de los votantes. En las tres semanas que restan para ir a las urnas inmovilizar con escándalos a un sector de la población que no aprueba la oferta de Chávez puede compactar el apoyo o Capriles o convencer a los indecisos”.
Hay más lecturas. Freddy Lepage, analista político, considera que el Ejecutivo apela a las agresiones porque “ya no le queda otra cosas por hacer”. A su juicio, el primer mandatario nacional “por primera vez no se siente el dueño del patio y tiene la sensación de que tiene que hacer un esfuerzo supremos ante un retador que le salió culebrero”.
En voz baja, asegura, que “el chavismo reconoce que los mangos no están bajos, más allá de los enredos, saltos de talanquera o acusaciones de un paquetazo y encuestas tarifadas”.
Más embestidas
“Desde ahora, cada dos o tres días es posible que el gobierno ataque con nuevos elementos a Capriles” predice Roberto De Vries, psiquiatra experto en imagen y poder. “Es parte de la dinámica de una competencia con esquema de guerra sucia".
Profundizar la confrontación traduciría que “el candidato opositor sí sube en las preferencias y Chávez necesita bajarlo con cualquier montaje”. Mantener el discurso de propuestas y los recorridos por el país servirá de escudo.
Anarquía electoral
“La ausencia de instituciones que hagan contención cuando se registran casos de violencia política deriva en faltas de garantías y de protección en el transcurso de la campaña electoral” apunta Carlos Correa, director de la organización Espacio Público, quien cuestiona la falta de autonomía de los poderes para impedir la descalificación del sector oficialista en su discurso. “No hay muestras del gobierno de impulsar el entendimiento sino en sostener dinámicas delictivas a pesar de que la población merece un debate racional de las propuestas para valorarlas y ejercer su derecho a votar con información”.
El Analista
Edgar Gutiérrez
Politólogo
“El gobierno decidió el ataque como estrategia de final de campaña por no tener certeza de su victoria. No sería extraño que difundan más videos de presunta corrupción. Esto sucede porque el chavismo llegó a su techo electoral que es muy rígido y como no lo pueden subir, la única estrategia para imponerse es intentar ampliar aspectos negativos de su adversario. El peligro de las campañas que se vuelven muy negativas es que contraen al elector. Aquellos que tenían entusiasmo de participar cuando se someten a un escenario de descalificaciones decide quedarse en su casa, pero otra posibilidad es que se genere solidaridad con quien se ataca al considerar injusto el trato.
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